Estas dos mujeres, familiares del emperador de Japón, viajaron especialmente para apoyar al equipo promotor de la capital japonesa como sede olímpica y aprovecharon su estadía para visitar algunos lugares emblemáticos de nuestra capital, que, por cierto, no es desconocida para varios miembros de la Familia Imperial nipona.
La princesa Hisako -de 60 años- es la viuda de un primo del emperador, el príncipe Takamado, fallecido hace una década tras un juego de squash. Madre de tres mujeres, Hisako se dedica a patrocinar y apoyar proyectos culturales y deportivo, y es presidenta honoraria de la Federación Japonesa de Fútbol (AJF).
Su papel en esta federación la llevó a visitar este sábado el estadio de Boca Juniors -muy famoso en Japón por su asociación con Maradona-, recorrió su césped pese a la fuerte lluvia, tomó fotos y recibió como obsequio dos casacas de Boca con su nombre impreso en la espalda y un banderín de Boca.
El presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, acompañó a la princesa en su recorrida por el Museo de la Pasión Boquense junto a miembros de la AJF y dijo: "Para nosotros es un verdadero honor recibir a la princesa".
Por primera vez en nuestro país, la princesa Akiko, de 31 años, es sobrina del emperador Akihito. Soltera y huérfana de padre, viajó especialmente a respaldar los esfuerzos de la delegación de deportistas y autoridades políticas de su país para la candidatura de Tokio.
El viernes dedicó la tarde a recorrer el emblemático Jardín Japonés del barrio porteño de Palermo, un parque relacionado muy íntimamente con la familia imperial japonesa desde que, en 1967, los príncipes Akihito y Michiko (los actuales emperadores) colocaran su piedra fundamental.
Vestida con un kimono tradicional, Akiko dio un discurso en el que elogió "los valores del deporte que potencian la solidaridad y la unión por encima de las diferencias" y recordó que este espíritu que se hizo patente hace dos años tras el terremoto, cuando todo Japón y la comunidad internacional se volcaron en ayudar a los afectados.
Akihito y Michiko -ahora septuagenarios- volvieron a Argentina cuando ya eran emperadores, en 1997, donde bailaron tango en la Quinta presidencial de Olivos con el presidente Menem, comieron asado y volvieron a visitar el Jardín Japonés. Akihito, un excelente biólogo "amateur" volvió a recorrer el Museo de Ciencias Naturales, que había conocido en 1967.
El lujoso libro de visitas del céntrico Hotel Alvear, donde durante décadas estamparon sus firmas sus visitantes más ilustres, tiene un espacio en blanco: los emperador de Japón,descendientes de la diosa del Sol, según la mitología nipona, no pueden firmar papeles.
El viernes dedicó la tarde a recorrer el emblemático Jardín Japonés del barrio porteño de Palermo, un parque relacionado muy íntimamente con la familia imperial japonesa desde que, en 1967, los príncipes Akihito y Michiko (los actuales emperadores) colocaran su piedra fundamental.Vestida con un kimono tradicional, Akiko dio un discurso en el que elogió "los valores del deporte que potencian la solidaridad y la unión por encima de las diferencias" y recordó que este espíritu que se hizo patente hace dos años tras el terremoto, cuando todo Japón y la comunidad internacional se volcaron en ayudar a los afectados.
Akihito y Michiko -ahora septuagenarios- volvieron a Argentina cuando ya eran emperadores, en 1997, donde bailaron tango en la Quinta presidencial de Olivos con el presidente Menem, comieron asado y volvieron a visitar el Jardín Japonés. Akihito, un excelente biólogo "amateur" volvió a recorrer el Museo de Ciencias Naturales, que había conocido en 1967.
El lujoso libro de visitas del céntrico Hotel Alvear, donde durante décadas estamparon sus firmas sus visitantes más ilustres, tiene un espacio en blanco: los emperador de Japón,descendientes de la diosa del Sol, según la mitología nipona, no pueden firmar papeles.
x