jueves, 25 de abril de 2013

Puerto madero


Puerto Madero es uno de los 48 barrios en los que se divide legalmente la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Su ubicación cercana a la zona céntrica de la ciudad, lo extenso de su área y su vista al río hacen de este distrito uno de los más exclusivos de Buenos Aires

El barrio debe su nombre a Eduardo Madero, comerciante de la ciudad que presentó tres proyectos de puerto, el último de los cuales fue aprobado por el entonces Presidente de la Nación Julio Argentino Roca en 1882.

El barrio de Puerto Madero está comprendido por las calles Brasil, Av. Ingeniero Huergo, Av. Eduardo Madero, Cecilia Grierson, y por el Río de la Plata, el Riachuelo y la Dársena Sur. 

Limita con los barrios de Boca al sudoeste, San Telmo, Monserrat y San Nicolás al oeste y Retiro al norte, con la localidad de Dock Sud al sur, y con el Río de la Plata al este.

Desde su fundación la ciudad de Buenos Aires había tenido problemas para que los grandes barcos pudieran descargar lo que transportaban en sus orillas. La escasa profundidad del río hacía que los navíos no pudieran acercarse demasiado a la costa, debiendo permanecer lejos de ella y descargar sus pasajeros y mercaderías en grandes carretones o en lanchas.

En 1882 el gobierno nacional contrató al comerciante Eduardo Madero para que se encargara de la construcción de un nuevo puerto que solucionara estos inconvenientes. El proyecto de Madero (realizado por los ingenieros ingleses Hawkshaw, Son & Hayter) resultó elegido de entre muchos otros, quizás porque él era el sobrino del vicepresidente Francisco Madero. Entre las propuestas desechadas estuvo la del Ingeniero Huergo, con un sistema de dársenas abiertas al río, permitiendo el pasaje de barcos de gran tamaño en el futuro.
Pero el proyecto de Madero era mucho más pretencioso, complejo y costoso, ya que se trataba del relleno de toda la costa del Río de la Plata desde la calle Córdoba hasta la boca del Riachuelo con tierra y tosca, generando una inmensa isla artificial separada de la ciudad por cuatro diques y dos dársenas de acceso para los barcos. Para llegar por tierra, se construirían además cuatro puentes giratorios de última tecnología, conectando al puerto con el centro de Buenos Aires.
La construcción se inició el 1 de abril de 1887 y fue llevada adelante por la empresa inglesa Thomas Walker & Co. La Dársena Sur se inauguró el 28 de enero de 1889. La siguieron los Diques 1 y 2 (habilitados el 31 de enero y el 28 de septiembre de 1890, respectivamente), el Dique 3 (31 de marzo de 1892), el Dique 4 y la Dársena Norte (7 de marzo de 1897) y la primera etapa del Canal Norte (15 de julio de 1897). Finalmente, la etapa final del Canal Norte se habilitó el 31 de marzo de 1898, y la obra del Puerto se dio por terminada.
Al ritmo que avanzaba la obra de los diques y el relleno para la isla artificial, se construyeron los depósitos de mercaderías con fachadas de ladrillo que hoy se conocen como docks, diseñados también por Hawkshaw, Son & Hayter en Gran Bretaña. Se distribuyeron agrupados de a cuatro, del lado este de los diques, y fueron construidos por la compañía alemana Wayss & Freytag Ltd. entre 1895 y 1905. Se utilizaron dos modelos constructivos: de estructura de hierro y madera, y de estructura de hormigón armado; aunque todos fueron revestidos con ladrillo, dándoles una estética británica. Son de planta rectangular, con una sótano y dos o cuatro pisos altos, con grúas Armstrong & Mitchellinstaladas en las fachadas para poder elevar las mercaderías y almacenarlas.
Ya ocupado todo el lado este de los cuatro diques, hacia 1900 comenzaron a construirse más depósitos sobre la isla artificial. Primero se hicieron almacenadores de granos de hierro y chapa, y luego nuevos depósitos de hormigón armado. Al mismo tiempo, las compañías exportadoras de cereales y productos agrícolas fueron edificando sus propios silos y galpones de almacenamiento. A partir de 1902, Bunge y Born construyó a lo largo del Dique 2 todo el complejo de silos y depósitos para Molinos Río de la Plata, de los cuales hoy en día sólo quedan dos, reciclados por el empresario Alan Faena.
La Junta Nacional de Granos también avanzó con su propio conjunto de silos y almacenadores. Todavía quedan en pie las ruinas de uno de ellos, que queda como último vestigio del antiguo puerto cerealero. No fue demolido, ni se conocen proyectos para construir ese terreno, mientras la antigua estructura de hormigón pintada de blanco permanece frente al Parque Mujeres Argentinas.
Unos diez años después de terminado, Puerto Madero ya había quedado totalmente obsoleto, debido al aumento del tamaño cada vez mayor de los buques. El gobierno tuvo que encarar la construcción de un nuevo puerto, y esta vez siguió las ideas de Huergo de una serie de dársenas abiertas en forma de peine, y el resultado fue el Puerto Nuevo, que se inauguró en 1919 y sigue activo hoy en día.

Así, Puerto Madero entró en una decadencia de varias décadas, convirtiéndose en una de las zonas más deterioradas de la ciudad, con sus depósito abandonados y enormes terrenos baldíos que nunca llegaron a edificarse. Hubo muchas propuestas para reactivarlo o transformarlo para nuevas funciones: en 1925, 1940, 1960, 1969, 1971, 1981 y 1985, pero ninguna llegó a realizarse. Incluso en 1929 el arquitecto Le Corbusier se imaginó una gran plataforma sobre pilotes, adonde construir rascacielos de oficinas.

El 15 de noviembre de 1989, el Ministerio de Obras y Servicios Públicos, el Ministerio del Interior y la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires firmaron el acta de constitución de una sociedad anónima denominada "Corporación Antiguo Puerto Madero". Teniendo como objetivo la urbanización del área, los gobiernos de la Nación y de la ciudad participaron como socios igualitarios.
Las 170 hectáreas del lugar tenían jurisdicciones superpuestas: la Administración General de Puertos, Ferrocarriles Argentinos y la Junta Nacional de Granos tenían intereses en la zona. El convenio firmado implicó la transferencia de la totalidad de las hectáreas a la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A., en tanto que la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (MCBA) quedó a cargo de la reglamentación de la normativa de desarrollo urbano.

miércoles, 17 de abril de 2013

Difícil de cruzar

La Avenida 9 de Julio es una importante arteria de la Ciudad de Buenos Aires, capital de la Argentina. Lleva su nombre en honor al día de la declaración de independencia del país, efectuada el 9 de julio de 1816. Con 140 metros de ancho, fue durante muchos años la avenida más ancha del mundo, aunque actualmente ese reconocimiento lo tiene el "Eje Monumental" de la ciudad de Brasilia (capital de Brasil), inaugurado en 1960, con 250 metros de ancho. 


Si bien la construcción de la Avenida 9 de Julio se aprobó en 1912, los trabajos recién se iniciaron el 20 de abril de 1936, aunque con el proyecto reformulado, ya que originalmente estaba concebida con características similares a la Avenida de Mayo, con solo 33 metros de ancho y edificios a los costados. 

En la década del ´30, la expansión metropolitana de Buenos Aires generó que fuera considerada una herramienta para el reordenamiento urbano y allí es cuando se convierte en una avenida-parque de dimensión regional. El primer tramo, de 500 m de extensión, se inauguró el 12 de octubre de 1937 entre las calles Bartolomé Mitre y Viamonte. La habilitación de los tramos subsiguientes se realizó por etapas, conforme avanzaban las demoliciones sobre la traza. El actual extremo sur se alcanzó en 1972 (intersección Avenida San Juan) y su extremo norte en 1979 (intersección calle Arroyo). 

Las expropiaciones y demoliciones continuaron y entre fines de los años ´80 y mediados de los ´90, la Avenida 9 de Julio finalmente alcanzó su objetivo original de convertirse en un eje vial metropolitano al ser vinculada en sus extremos norte (Autopista Arturo Illia) y sur (Autopista Arturo Frondizi) con la red de autopistas urbanas de la Ciudad de Buenos Aires.

En su intersección con la Avenida Corrientes se encuentra actualmente la Plaza de la República, donde está emplazado el Obelisco de Buenos Aires, monumento histórico de la ciudad. Con respecto al transporte público, bajo casi toda su traza corre la Línea C del subterráneo porteño y en octubre del 2012 el Gobierno local anunció la construcción del "Metrobus 9 de Julio" entre Retiro y Constitución, por la que circularían 10 líneas de colectivo. La obra incluye la construcción de paraderos elevados y carriles exclusivos, además del traslado de varios árboles ubicados en el cantero central de la Avenida.

viernes, 12 de abril de 2013

Ícono de la ciudad

El Obelisco de Buenos Aires es un monumento, construido en 1936 con motivo del cuarto centenario de la fundación de la ciudad. Está emplazado en la Plaza de la República, en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de Julio. Fue declarado Monumento Histórico Nacional. En el solar donde hoy se encuentra el Obelisco estaba emplazada anteriormente la iglesia dedicada a San Nicolás de Bari, que se decidió demoler para la construcción de la Avenida 9 de julio. En la torre de esa iglesia, fue izada oficialmente por primera vez en Buenos Aires, en 1812, la bandera argentina. Dicha circunstancia se recuerda en una de las inscripciones del lado norte del Obelisco.

Se decía que el bloque radical de las cámaras presentaría un proyecto para que en ese lugar se erigiera el monumento a Hipólito Yrigoyen. Pero, en 1936, el intendente Mariano de Vedia y Mitre, nombrado en la presidencia de Agustín Pedro Justo, de manera apresurada y en contra de las opiniones, encarga al arquitecto Alberto Prebischla construcción de un obelisco, la cual, sin mucha planificación, se realizó en sesenta días; antes que los porteños reaccionaran, éste ya estaba construido, la obra comenzó el 20 de marzo de 1936 y fue inaugurada el 23 de mayo de ese año. 

Alberto Prebisch es uno de los principales arquitectos del modernismo argentino y autor también del vecino Teatro Gran Rex. Con respecto al motivo de la forma del monumento Prebisch dijo: 

Se adoptó esta simple y honesta forma geométrica porque es la forma de los obeliscos tradicionales... Se le llamó Obelisco porque había que llamarlo de alguna manera. Yo reivindico para mi el derecho de llamarle de un modo más general y genérico «Monumento». 


La construcción del Obelisco estuvo a cargo del consorcio alemán G.E.O.P.E. - Siemens Bauunion - Grün & Bilfinger, el cual finalizó la obra en el tiempo récord de 31 días, para la que empleó a 157 obreros. Maximizando el aprovechamiento del tiempo se utilizó cemento Incor de endurecimiento rápido y se fue construyendo el monumento por secciones de 2 metros para facilitar el volcado del hormigón. Para su construcción, que costó 200.000 pesos moneda nacional, se utilizaron 680 m³ de cemento y 1360 m² de piedra blanca Olaen de Córdoba.El tendido de la línea B de subterráneos favoreció la
construcción del monumento, pues facilitó la colocación de los cimientos sobre los túneles formándose la base de hormigón de 20 m de lado y 1,50 m de altura sobre vigas de 1,80 m de alto que se apoyan en los costados sobre zapatas del mismo material de 1,20 m de alto y de 3 m y 4 m de largo respectivamente. La losa plana del techo del túnel del subte permite el paso de la losa de fundación del obelisco. Durante la obra, el obrero italiano José Cosentino cayó en una de las bóvedas del cimiento y murió. 

Su altura es de 67,5 m, y de estos 63 m son hasta la iniciación del ápice, que es de 3,5 m por 3,5 m. La punta es roma; mide 40 cm y culmina en un pararrayos que no logra verse por la altura, cuyos cables corren por el interior del Obelisco. La base tiene 6,80 m de lado.



Tiene una sola puerta de entrada (en el lado oeste) y en su cúspide hay cuatro ventanas,

con persianas metálicas, a las que sólo se puede llegar por una escalera recta de 206 escalones con 7 descansos cada 8 m y uno a 6 m.


El 20 de febrero de 1938, Roberto M. Ortiz sucedió a Agustín Pedro Justo, y designó como nuevo intendente de la ciudad a Arturo Goyeneche.

En la noche del 20 al 21 de junio de 1938, al día siguiente de haberse realizado en el lugar un acto público con la presencia del presidente Ortiz, se produjeron algunos desprendimientos del revestimiento de piedra que destruyeron las gradas donde el día anterior se agrupaban los abanderados de colegios primarios y secundarios de la ciudad durante el acto.Para terminar con el peligro de que nuevas placas de piedra pudiesen caerse, fueron reemplazadas por revoque de cemento en el que se imitó el dibujo de las lajas, que fue pintado con 620 litros de látex. Al quitarse las lajas no se tuvo en cuenta que se retiró una leyenda que decía «Alberto Prebisch fue su arquitecto». 

Inmediatamente de su construcción, el obelisco se tornó en centro de las burlas y protestas de los porteños, tres años después de su inauguración, en junio de 1939 el Concejo Deliberante sancionó la demolición del Obelisco por Ordenanza Nº 10.251, por 23 votos contra tres, aduciendo razones económicas, estéticas y de seguridad pública. Pero la ordenanza fue vetada por el intendente Goyeneche, y no prosperaron otras tentativas por derribarlo. 

La estructura del mismo, basada en la estética racionalista, generó más de una polémica entre los partidarios de la renovación de la ciudad y los sectores más tradicionalistas. Actualmente ya se lo considera como un ícono de la ciudad. 

El Obelisco es frecuentemente utilizado como punto de reunión de diversas manifestaciones, las que abarcan también las avenidas 9 de julio y Corrientes que lo rodean, hecho similar al que ocurre en Plaza de Mayo. 

El obelisco fue escenario de numerosas anécdotas y hechos insólitos. En 1939 alguien colocó en la cima de la estructura una bandera argentina. Pocos meses después, un joven amenazó con arrojarse al vacío si no se le conseguía un trabajo. En varias oportunidades se aprovechó la enorme estructura de distintas maneras: en 1973 se lo decoró como árbol de Navidad. En 1975 se colocó un anillo giratorio en el cuarto inferior de su altura, con las inscripciones «El silencio es salud» y «Mantenga limpia Buenos Aires». 

En 1987 se rodeó al obelisco con una reja para impedir las inscripciones en sus paredes. En 1998, activistas de Greenpeace violaron el acceso y desplegaron desde la punta un cartel con la leyenda «Salven el clima». 

Ente todas las muchas intervenciones, la más polémica fue cuando el primero de diciembre de 2005 apareció completamente cubierto por un condón gigantesco de color rosado, en conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. 

El 20 de septiembre de 2007,conmemorando los 150 años de las relaciones bilaterales entre Argentina y Alemania, el obelisco amaneció cubierto con una tela de 60 m² con los colores de las banderas de esos países. Además se ajustó un nuevo sistema complementario de iluminación que fue donado por la embajada de Alemania y empresas de ese país (Allianz,Osram y Siemens) que apoyaron la celebración.
Obelisco de noche.
Vista panorámica de la 9 de Julio-Obelisco.